Palenque, Chiapas.
Dos actos que podrían catalogarse como negligencias médicas
dejaron como saldo un ama de casa muerta; y otra agonizante en su domicilio,
tras ser atendidas en el Hospital General de ésta ciudad.
Reina María Sánchez Torres, quien fuera diagnosticada con la
enfermedad tropical denominada Chincongunya, falleció luego de 4 días de acudir
al nosocomio puesto que se quejaba de graves dolores en las articulaciones y
alta temperatura corporal. La causa de su muerte, según determinaron los doctores
fue “Obesidad”; sin que en el certificado de defunción se especificara alguna
enfermedad o padecimiento.
Los familiares de la víctima señalaron varias irregularidades
por parte del personal que laboró el pasado día domingo 18 de Octubre, fecha en
que falleciera la paciente; ya que desde hacía varios días había sido
diagnosticada con la enfermedad y el esposo
exigió que el día sábado fuera internada porque no soportaba los fuertes
dolores.
Por un momento su esposo se retiró del lugar donde reposaba
y al regresar, hora y media más tarde, la encontró grave de salud. Alrededor de
las 9:30 de la mañana falleció, tras padecer una ataque cardiorrespiratorio, señaló
el personal encargado de atenderla. Sin embargo otra de las versiones es que
padecía una infección pulmonar porque había vomitado sangre y estaba siendo
preparada para ser canalizada a la ciudad de Villahermosa, Tabasco.
Señalaron que los doctores que la atendieron, jóvenes
pasantes porque no se encontraba el médico de guardia, les dijeron que los estudios arrojaban problemas
de Chincongunya y que para esta enfermedad la estaban tratando con paracetamol.
La noche anterior a su muerte, no había presentado otros síntomas diferentes a
los de la Chincongunya, por lo que se les hacía raro que horas más tarde falleciera
tras aplicarle un medicamento.
No obstante los estudios, que el esposo de la paciente, de
nombre María Oleta Pérez, tuvo que pagar en un laboratorio particular para que
determinarán el tipo de tumores que se localizaban en los órganos que le fueron
extraídos, señalaron que tal vez no era necesaria la extirpación de los mismos puesto
que se trataban de tumores benignos; dolorosos, pero que podrían ser tratados
con cirugía menores y tratamientos médicos.
Buscando atención médica, señaló Antonia Oleta Pérez,
hermana de la paciente, la llevaron al hospital general para que la atendieran,
pero la respuesta fue dolorasa para ellos al escuchar que ya no pueden hacer
nada por ella, debido a que le habían quitado todo, su matriz, sus ovarios y el
apéndice y que solo le restaba esperar la muerte, “Si en dado caso se pone mal,
métela a urgencias para que le demos calmantes”.
En sus ansias de vivir y no dejar en la orfandad a sus
hijos, la paciente acudió hace cuatro días a la jurisdicción sanitaria para que
le proporcionaran, a través del Seguro Popular, una referencia de traslado a un
nosocomio de segundo nivel en Villahermosa, Tabasco; toda vez que en el hospital general “amigo del
Niño y de la Madre” no quieren atenderla.
“A tres meses de haber sido intervenida no le han proporcionado
medicamentos, ni consultas para ver su estado de salud. Su vientre está cada
vez más inflamado, ha perdido peso y las fuerzas la abandonan porque ya no
puede alimentarse”.
Desde la operación ha estado tirada en una hamaca donde es atendida
por su familia, quienes exigen justicia porque aseguran que no fueron informados
antes de la operación de lo que realmente tenía.
“Nos dijo que a partir de ese él se encargaría de ver que mi
hermana fuera atendida; que le conseguiría los medicamentos y pases para que
sea atendida en Villahermosa, pero que solamente teníamos que acudir a su
consultorio”.
Las familias solo piden justicia. Aseguran que necesitan
saber la verdad sobre lo que aconteció en cada uno de los casos clínicos, porque
no es justo que por una negligencia varios niños se encuentren huérfanos y la economía familiar se vea afectada por tener
que acudir a clínicas particulares en la búsqueda de una esperanza de vida para
la paciente que fue desahuciada.