Una persona muerta y otra desahuciada, por negligencias médicas en el Hospital General de Palenque.

José Estrada.
Palenque, Chiapas.


Dos actos que podrían catalogarse como negligencias médicas dejaron como saldo un ama de casa muerta; y otra agonizante en su domicilio, tras ser atendidas en el Hospital General de ésta ciudad.

Reina María Sánchez Torres, quien fuera diagnosticada con la enfermedad tropical denominada Chincongunya, falleció luego de 4 días de acudir al nosocomio puesto que se quejaba de graves dolores en las articulaciones y alta temperatura corporal. La causa de su muerte, según determinaron los doctores fue “Obesidad”; sin que en el certificado de defunción se especificara alguna enfermedad o padecimiento.

Los familiares de la víctima señalaron varias irregularidades por parte del personal que laboró el pasado día domingo 18 de Octubre, fecha en que falleciera la paciente; ya que desde hacía varios días había sido diagnosticada con la enfermedad y el esposo  exigió que el día sábado fuera internada porque no soportaba los fuertes dolores.

Manifestaron que durante varios días solo le administraron paracetamol para los dolores, porque no existía medicamento alguno para su curación; no obstante la fatídica mañana les entregaron una receta, con el nombre de un medicamento inyectable, que fueron a surtir; y posteriormente le aplicaron.

Por un momento su esposo se retiró del lugar donde reposaba y al regresar, hora y media más tarde, la encontró grave de salud. Alrededor de las 9:30 de la mañana falleció, tras padecer una ataque cardiorrespiratorio, señaló el personal encargado de atenderla. Sin embargo otra de las versiones es que padecía una infección pulmonar porque había vomitado sangre y estaba siendo preparada para ser canalizada a la ciudad de Villahermosa, Tabasco.

Señalaron que los doctores que la atendieron, jóvenes pasantes porque no se encontraba el médico de guardia,  les dijeron que los estudios arrojaban problemas de Chincongunya y que para esta enfermedad la estaban tratando con paracetamol. La noche anterior a su muerte, no había presentado otros síntomas diferentes a los de la Chincongunya, por lo que se les hacía raro que horas más tarde falleciera tras aplicarle un medicamento.

El otro caso involucra un cirujano de apellidos Alvarado Guzmán, quien operó a una paciente para extírpale la matriz, los ovarios y el apéndice, “puesto que estaba enferma de cáncer, debió a varios tumores que presentaba”.

No obstante los estudios, que el esposo de la paciente, de nombre María Oleta Pérez, tuvo que pagar en un laboratorio particular para que determinarán el tipo de tumores que se localizaban en los órganos que le fueron extraídos, señalaron que tal vez no era necesaria la extirpación de los mismos puesto que se trataban de tumores benignos; dolorosos, pero que podrían ser tratados con cirugía menores y tratamientos médicos.

Buscando atención médica, señaló Antonia Oleta Pérez, hermana de la paciente, la llevaron al hospital general para que la atendieran, pero la respuesta fue dolorasa para ellos al escuchar que ya no pueden hacer nada por ella, debido a que le habían quitado todo, su matriz, sus ovarios y el apéndice y que solo le restaba esperar la muerte, “Si en dado caso se pone mal, métela a urgencias para que le demos calmantes”.

Tratando de lograr que aceptara su destino le dijeron que iba a morir porque había contraído una enfermedad, que por su condición económica, no le permitía acceder a tratamientos que son muy costosos.

En sus ansias de vivir y no dejar en la orfandad a sus hijos, la paciente acudió hace cuatro días a la jurisdicción sanitaria para que le proporcionaran, a través del Seguro Popular, una referencia de traslado a un nosocomio de segundo nivel en Villahermosa, Tabasco;  toda vez que en el hospital general “amigo del Niño y de la Madre” no quieren atenderla.

“A tres meses de haber sido intervenida no le han proporcionado medicamentos, ni consultas para ver su estado de salud. Su vientre está cada vez más inflamado, ha perdido peso y las fuerzas la abandonan porque ya no puede alimentarse”.

Desde la operación ha estado tirada en una hamaca donde es atendida por su familia, quienes exigen justicia porque aseguran que no fueron informados antes de la operación de lo que realmente tenía.

Cuando llegamos a la clínica particular donde trabaja el doctor a entregarle los resultados de los análisis que le habían realizado a los órganos que el sacó a mi hermana, vimos su rostro “sacado de onda” al revisar los resultados. Señaló Antonia Oleta Pérez.

“Nos dijo que a partir de ese él se encargaría de ver que mi hermana fuera atendida; que le conseguiría los medicamentos y pases para que sea atendida en Villahermosa, pero que solamente teníamos que acudir a su consultorio”.


Las familias solo piden justicia. Aseguran que necesitan saber la verdad sobre lo que aconteció en cada uno de los casos clínicos, porque no es justo que por una negligencia varios niños se encuentren huérfanos y la economía familiar se vea afectada por tener que acudir a clínicas particulares en la búsqueda de una esperanza de vida para la paciente que fue desahuciada.