José Estrada.
Palenque, Chiapas.
Comunicadores de ésta ciudad fuimos vejados en nuestros
derechos laborales, al ser obstruidos y desalojados de un evento público donde
cubríamos la información, para diversos medios de comunicación, sobre la visita
del Gobernador del Estado, Manuel Velasco Coello, a la ciudad de Palenque donde
entregó despensas a madres de familia beneficiadas a través del Programa
Bienestar.
Ante la negativa de los encargados de coordinar el ingreso
en los accesos principales, quienes nos dieron un rotundo NO a los representantes de
diversos medios locales, -siendo un acto público-, tuvimos que
escabullirnos entre las bardas metálicas perimetrales para ingresar a realizar
nuestro trabajo; pero minutos después fuimos obligados a salir del evento por
los guardias de seguridad del gobierno del estado cuando estábamos grabando;
tratando uno de ellos de quitarle la cámara a uno de mis compañeros.
Desde lo más humilde de mi profesión exijo el mismo respeto
que he brindado a todo el personal que coordina y organiza los eventos que el
mandatario estatal ha llevado a cabo en éste y otros municipios de la región.
El ser corrido de un evento público coarta mi libertad en
muchos sentidos, desde el derecho constitucional como ciudadano; laboral, como
comunicador; hasta el humano, como padre de familia; ya que el cubrir eventos,
para posteriormente publicarlos, es el medio con el cual gano el sustento de
mis hijos.
No basta el habernos desplazado de nuestros trabajos, debido
al uso indebido que hacen de las áreas de comunicación social, porque los
funcionarios públicos se han convertido en reporteros que escriben notas,
disfrazadas de boletines, que luego envían a los diversos medios
informativos.
Hemos sido relegados de las empresas para las cuales laborábamos.
Los periódicos ya no nos requieren como corresponsales y nuestra forma de vida ha
ido en detrimento. No contamos con salarios fijos, ni con las más mínimas
prestaciones laborales, o de seguridad social.
No somos beneficiados a través de los diversos programas de
apoyos económicos, educativos, de salud y de infraestructura social, como las viviendas,
que implementan los tres niveles de gobierno; por lo que solo nos queda luchar
con lo poco o mucho que podamos ganar diariamente.
Somos una especie en peligro de extinción y con ello el
futuro de la Libertad de Expresión en nuestro estado es sombrío porque la
información va tomando un carácter homogéneo, porque ya quedan pocas vertientes
ideológicas que conformaban diversos puntos de expresión y opinión que daban un
significado más real a la vida política, social
y económica de nuestra entidad.
Señor Gobernador exijo se garanticen nuestros derechos
constitucionales. Ya no como comunicadores porque no merecemos un trato
especial, pero si como seres humanos, como personas que trabajan día a día para
mantener a nuestra sociedad mejor informada y con la posibilidades de contar
con espacios, a través de los cuales puedan llegar hasta usted y denunciar
actos indebidos de funcionarios públicos o las carencias que existen en sus comunidades.
No es posible que además de perder nuestras fuentes de
empleo, ahora perdamos nuestro derecho a la Libertad de Expresión y al de poder
asistir a los eventos públicos, porque es nuestra forma de vida y la defenderé
como he defendido el derecho de los ciudadanos a contar con medios de
comunicación honestos, a través de los cuales puedan ser escuchados sin temor a
represalias; pero siempre en un marco de respeto y honorabilidad hacía a
quienes se dirigen, denunciando las acciones, no la vida pública de las
personas aludidas.
Como siempre, continuaré asistiendo a los eventos públicos, ya
sean municipales, estatales o federales, porque las leyes de nuestro país me otorgan
la libertad de poder hacerlo y porque es un medio honesto de ganarme la vida.