José Estrada.
Palenque; Chiapas.
El pasado fin de semana quedó conformado el Frente Único de Periodistas
de Palenque cuyo objetivo principal es el de fortalecer lazos entre los
diversos gremios constituidos para rescatar y reivindicar la labor informativa,
de investigación, análisis y crítica que la sociedad necesita de los medios de comunicación,
llámense impresos, auditivos o digitales.
El aumento de personas que se ostentan, no solo como comunicadores
sino como periodistas, por el solo hecho de escudarse en ejercer su libertad de
expresión han pretendido secuestrar un oficio que requiere objetividad, profesionalismo,
respeto a los derechos individuales y,
sobre todo, ética profesional.
La tecnología ha permitido que puedan expresar sus opiniones
y han encontrado en las redes sociales un espacio, que ellos consideran apto
para ser escuchados. Un teléfono celular y una cuenta de Facebook no son las herramientas
indispensables, o los requisitos mínimos para que una persona pueda ejercer el
oficio de comunicador sin los componentes básicos de una nota informativa; ya no
se hablen de otros géneros periodísticos que requieren de una buena ortografía
y comprensión.
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Mantener una unidad basada en la comprensión de que el
oficio periodístico tiene que fortalecerse para terminar con el estigma y los
prejuicios con los que la sociedad ha calificado la labor que durante muchos
años hemos desempeñamos.
Los pseudos periodistas –Feikbuqueros- se han enfocado en publicar
a través de las redes sociales el trabajo de los servidores públicos, basados
en los apoyos económicos que reciben y no en el beneficio de su trabajo; que
bien o mal tiene que ser criticable, pero desde la perspectiva de sus funciones
no desde el tamaño de su cartera.
No se ataca a su trabajo, sino a su persona. Son denostados
por el hecho de no dar apoyos a quienes han hecho de éste trabajo una forma vil de subsistir buscando entre las sombras,
los chismes y sus defectos, cualquier acto que pueda ser expuesto a la opinión
pública y sirva como excusa para acercarse a los políticos y funcionarios para
exigirles dinero “para ya no tocar el tema y convertirse en aliados de su
trabajo”.
Otros que ni siquiera escriben, redactan o dan a conocer la
información, solo extienden la mano porqué creen que los servidores públicos, políticos
o incluso representantes de la sociedad civil dan dinero para que no se hable mal
de ellos.
Sin embargo es ahí donde juegan una doble moral, golpean
hasta que les den dinero y luego los alaban para mantener las dádivas, sin importarles
la recriminación de la sociedad que, cansada de la desinformación que mantienen
en las redes sociales, optan por desestimar el trabajo que realizan los medios
de comunicación.
Desde éste amplio frente nos pronunciamos por dignificar la
labor periodística, sin coartar el derecho de los ciudadanos a expresarse libremente,
pero que lo hagan de frente sin el clandestinaje de una página con cualquier
razón social y, sobre todo, que no se escuden tras un oficio que debe ser
respetado.
Dignificar el oficio periodístico, que durante muchos años
ha sido el sustento honrado de muchas familias, nos permitirá que la
información llegue a los diversos sectores de la sociedad sin tendencias o
prejuicios, y sean las personas quienes al final critiquen las acciones que los
personajes políticos o servidores públicos lleven a cabo.