José Estrada.
Palenque, Chiapas.
Habitantes de ésta ciudad señalan con recelo la colocación
de anuncios publicitarios en instituciones educativas, y de administración pública,
por medio de los cuales se pretende exaltar la imagen del actual Secretario de Gobierno
en el Estado de Chiapas, Eduardo Ramírez Aguilar.
Al menos tres anuncios fueron colocados en diversos sitios
de la ciudad. Uno de ellos en las instalaciones que albergan la Coordinación Zona
Norte del Colegio de Bachilleres de Chiapas (Cobach); el segundo en el Centro
de Estudios Científicos y Tecnológicos (Cecyt 19), y el tercero en uno de los
anuncios donde se dan a conocer datos técnicos sobre una obra social, ubicado
en la esquina de la avenida Belisario Domínguez y la calle Vicente Guerrero.
Se predispone que fueron funcionarios de actual gobierno
estatal los encargados de colocar la propaganda con la finalidad de mantener
presente la imagen, de quien lo diversos grupos políticos señalan como un futuro
prospecto a contender por la gubernatura del estado.
Aunque la imagen parece proceder de las páginas de un medio
de comunicación impreso, los lugares donde han sido colocados pertenecen a
dependencias gubernamentales. De acuerdo con algunas definiciones toda propaganda
es: “un trabajo de presión ejecutado para influir sobre la opinión pública y la
conducta de la sociedad de tal modo que el individuo adopte una opinión y un
comportamiento determinado.”
El artículo 134, párrafo séptimo, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos dispone que: “la propaganda, bajo
cualquier modalidad de comunicación social, que difunden como tales, los
poderes públicos, los órganos autónomos, las dependencias y entidades de la
administración pública y cualquier otro ente de los tres órdenes de gobierno,
deberá tener carácter institucional y fines informativos, educativos o de
orientación social. En ningún caso esta propaganda incluirá nombres, imágenes,
voces o símbolos que impliquen promoción personalizada de cualquier servidor
público”.
”La propaganda, señalan profesionales en la materia, consiste en el lanzamiento de una serie de mensajes que busca influir en el sistema de valores del ciudadano y en su conducta, por lo tanto, adquiere una importancia decisiva antes y durante los procesos electorales. Se trata de una actividad lícita que influye decisivamente en la selección de los gobernantes, como lo demuestra el monto excesivo que los partidos políticos le dedican a ese rubro en la campaña electoral”.
Sin embargo “El uso de la infraestructura pública para la
colocación de propaganda donde se pretenda proyectar la imagen y nombres de
funcionarios públicos ante la sociedad, es una práctica prohibida”.
“Dirigida a las masas, la propaganda intenta ejercer su
influjo con efectos emotivos y no con razones. Exagerando las cualidades y escondiendo
defectos de las personas. Como en los productos, la propaganda, elaborada por
especialistas calificados, pretende interpretar y responder a las encuestas,
estudiar diversos aspectos del comportamiento electoral, para ofrecerle al
pueblo lo que éste desea oír”.